Antonio Machado (1875-1939)
De Campos de
Castilla (1912)
Retrato
Mi
infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni
un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay
en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro
la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño
las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy
clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso
con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y
al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y
cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
Proverbios y cantares (fragments)
I
Nunca
perseguí la gloria
ni
dejar en la memoria
de
los hombres mi canción;
yo
amo los mundos sutiles,
ingrávidos
y gentiles
como
pompas de jabón.
Me
gusta verlos pintarse
de
sol y grana, volar
bajo
el cielo azul, temblar
súbitamente
y quebrarse.
II
¿Para
qué llamar caminos
a
los surcos del azar?...
Todo
el que camina anda,
como
Jesús, sobre el mar.
IV
Nuestras
horas son minutos
cuando
esperamos saber,
y
siglos cuando sabemos
lo
que se puede aprender.
V
Ni
vale nada el fruto
cogido
sin sazón...
Ni
aunque te elogie un bruto
ha
de tener razón.
VI
De
lo que llaman los hombres
virtud,
justicia y bondad,
una
mitad es envidia,
y
la otra no es caridad.
VIII
En
preguntar lo que sabes
el
tiempo no has de perder...
Y a
preguntas sin respuesta
¿quién
te podrá responder?
X
La
envidia de la virtud
hizo
a Caín criminal.
¡Gloria
a Caín! Hoy el vicio
es
lo que se envidia más.
XII
¡Ojos
que a la luz se abrieron
un
día para, después,
ciegos
tornar a la tierra,
hartos
de mirar sin ver!
XIII
Es
el mejor de los buenos
quien
sabe que en esta vida
todo
es cuestión de medida:
un
poco más, algo menos...
XXI
Ayer
soñé que veía
a
Dios y que a Dios hablaba;
y
soñé que Dios me oía...
Después
soñé que soñaba.
XXII
Cosas
de hombres y mujeres,
los
amoríos de ayer,
casi
los tengo olvidados,
si
fueron alguna vez.
XXIII
No
extrañéis, dulces amigos,
que
esté mi frente arrugada:
yo
vivo en paz con los hombres
y
en guerra con mis entrañas.
XXVIII
Todo
hombre tiene dos
batallas
que pelear:
en
sueños lucha con Dios;
y
despierto, con el mar.
XXIX
Caminante,
son tus huellas
el
camino y nada más;
Caminante,
no hay camino,
se
hace camino al andar.
Al
andar se hace el camino,
y
al volver la vista atrás
se
ve la senda que nunca
se
ha de volver a pisar.
Caminante,
no hay camino,
sino
estelas en la mar.
XXX
El
que espera desespera,
dice
la voz popular.
¡Qué
verdad tan verdadera!
La
verdad es lo que es,
y
sigue siendo verdad
aunque
se piense al revés.
XXXVI
Fe
empirista. Ni somos ni seremos.
Todo
nuestro vivir es emprestado.
Nada
trajimos; nada llevaremos.
XXXVII
¿Dices
que nada se crea?
No
te importe, con el barro
de
la tierra, haz una copa
para
que beba tu hermano.
XXXVIII
¿Dices
que nada se crea?
Alfarero,
a tus cacharros.
Haz
tu copa y no te importe
si
no puedes hacer barro.
XLI
Bueno
es saber que los vasos
nos
sirven para beber;
lo
malo es que no sabemos
para
qué sirve la sed.
XLII
¿Dices
que nada se pierde?
Si
esta copa de cristal
se
me rompe, nunca en ella
beberé,
nunca jamás.
XLIII
Dices
que nada se pierde
y
acaso dices verdad,
pero
todo lo perdemos
y
todo nos perderá.
XLIV
Todo
pasa y todo queda,
pero
lo nuestro es pasar,
pasar
haciendo caminos,
caminos
sobre la mar.
XLVI
Anoche
soñé que oía
a
Dios, gritándome: ¡Alerta!
Luego
era Dios quien dormía,
y
yo gritaba: ¡Despierta!
XLVII
Cuatro
cosas tiene el hombre
que
no sirven en la mar:
ancla,
gobernalle y remos,
y
miedo de naufragar.
L
—Nuestro español bosteza.
¿Es hambre? ¿Sueño? ¿Hastío?
Doctor, ¿tendrá el estómago vacío?
—El vacío es más bien en la cabeza.
LIII
Ya
hay un español que quiere
vivir
y a vivir empieza,
entre
una España que muere
y
otra España que bosteza.
Españolito
que vienes
al
mundo, te guarde Dios.
Una
de las dos Españas
ha
de helarte el corazón.
El Josep Estruel m’ha fet adonar que es complien el cent anys de
la primera edició de Campos de Castilla, que contenia aquests poemes.
Penso que val la pena de recordar el seu autor, perquè crec que va ser, segons
ell mateix es descrivia en aquell llibre, un home «en el buen sentido de la
palabra, bueno». Un home bo, senzill i lúcid, a qui una Espanya li va glaçar el
cor de mica en mica, i el cos definitivament, en aquell angoixós exili que li va
costar la vida.
Ell també presumia de tenir a les venes una mica de «sangre jacobina». És
evident que per a ell, un espanyol que es sentia incòmode amb l’Espanya del
caciquisme, la incultura i les processons de flagel·lants, el jacobinisme era
un programa de progrés i de modernitat, que li esqueia com les arrels de la
seva ideologia, el krausisme regeneracionista, laic i unitarista del seu
mestre, Francisco Giner de los Ríos. Machado i els seus ideals van acabar
derrotats i perseguits per la pitjor de les Espanyes, mentre ell encara somniava
en un demà millor per a la seva pàtria:
«¡Qué importa un día! Está el ayer abierto
al
mañana, mañana al infinito.
Hombres
de España, ni el pasado ha muerto
ni
está el mañana —ni el ayer— escrito.
¿Quién
ha visto la faz al Dios hispano?
Mi
corazón aguarda
al
hombre ibero de la recia mano,
que
tallará en el roble castellano
el
Dios adusto de la tierra parda.»
Jo, de jove, tenia força clar que les dues Espanyes que
s’oposaven tan aferrissadament eren la ultraconservadora i la progressista; en
el meu temps, identificades amb la franquista i l’antifranquista; aquesta, malauradament
molt polièdrica, tan sols coincidia en la lluita antifranquista, que de moment
llimava i obviava totes les altres diferències; però amb el temps aquelles diferències van anar tornant
a sorgir amb la força que no havien deixat mai de tenir.
L’Espanya progressista va anar aprofundint el seu jacobinisme,
mostrant un caire cada cop més uniformista i centralitzador, amb la qual cosa
els extrems, en aquest punt, han arribat a tocar-se. Ho hem vist al País Basc i
ho estem patint cada dia a Catalunya.
Així va arribar aviat el punt en què em vaig sentir definitivament
exclòs, també, de l’altra Espanya, aquella amb la qual, per un moment, a la
Transició, vaig pensar que ens podríem entendre, perquè hauria superat els seus
corrents subterranis ancestrals; aquells que, referint-se a Castella, també lúcidament
va percebre Machado:
«Castilla
miserable, ayer dominadora,
envuelta
en sus andrajos, desprecia cuanto ignora.»
No, no ens vam poder entendre, i ara la meva nació es troba forçada
a ser partícip d’un Estat que es proclama nació única i que combat i
desacredita els (altres) nacionalismes, els de les nacions sense Estat. Partícip,
sí, a contracor, i encara jugant a tercera regional, en un ambient gairebé
irrespirable, menystinguda i calumniada, cornuda i alhora obligada a pagar el beure.
Com va dir Josep Pla, «res no s’assembla tant a un espanyol de dretes com un
espanyol d’esquerres».
Com a català, he de dir que a mi l’Espanya franquista em va
glaçar el cor, però després l’altra també: en això, totes dues han acabat anant
de bracet. Avui tinc clar que l’única solució és deixar totes dues Espanyes que
s’ho facin com els plagui, i que a nosaltres ens deixin tranquils amb la nostra
caseta i l’hortet. Tant de bo algun dia ho pugui veure. Ai las.
http://www.youtube.com/watch?v=KynTe8GdYRs Paco Ibáñez en el Olympia
http://www.youtube.com/watch?v=Lj-W6D2LSlo Joan Manuel Serrat
On hi hagi un homenatge a don Antonio jo vull ser-hi. Em fa ràbia de fer propaganda del meu propi bloc però si vas a la següent adreça llegiràs un poema de Martí i Pol dedicat a Machado, en què es testimonia una vegada més el gran afecte que aquí li tenim a aquest home bo.
ResponEliminahttp://elfardemaians.blogspot.com/2010/12/dialogo-de-poetas.html
Respecte a la segona part, doncs mira, estem igual. No et pots figurar la profunditat del meu desengany. Només tinc un consol: veure com va pujant la xifra d'independentistes...